lunes, 28 de noviembre de 2011

El "marxismo", el método científico y la necesidad del rigor en la argumentación

 A propósito del siguiente artículo de la Corriente Comunista Internacional (en Acción Proletaria)

Confirmada la existencia de neutrinos: ¿ha logrado el progreso científico “ir más rápido que su sombra”?
Este es el arículo y aquí incluímos su enlace

Queridos camaradas:

Antes que nada aclarar que el entrecomillado de "marxismo" no tiene ningún sentido irónico o de cuestionamiento, sino corresponde mi punto de vistasobre el Socialismo Científico: en cuanto a científico, no debería de estar tan apegado al nombre de sus fundadores. Reconozco que a veces se utilice en un sentido militante por reivindicación de una escuela de pensamiento y praxisdeterminada.

Acerca de la naturaleza de la ciencia, su método y su relación con otras estructuras de la sociedad de clase, estimo que en vuestro artículo hay una serie de incomprensiones que me gustaría matizar.

En primer lugar, los resultados obtenidos por los científicos del laboratorio Gran Sasso de los Abruzzos se deben todavía confirmar, y en este sentido se están pronunciando los científicos de proyecto, si bien están divididos acerca de la pertinencia de su publicación. "Grandes realidades requieren grandes evidencias" como decía Carl Sagan. Por cierto, el título del artículo puede inducir a confusión, pues los neutrinos ya están descubiertos, lo desconcertante es la posibilidad de que viajen más rápidos que la velocidad de la luz en el vacío (c) cosa que desafiaría la mecánica relativista de Einstein.

En segundo lugar, de confirmarse los resultados serían evidentemente revolucionarios y obligarían a replantearse en menor o mayor medida varios fundamentos de la Física actual: nos encontraríamos ante un "cambio de paradigma" o “revolución científica” en la terminología de Thomas Kuhn. No obstante, dichos cambios de paradigma no son una novedad en la historia de la ciencia, se han producido varias veces y en diferentes ciencias, entre las que figura por ejemplo la evolución darwinista. Por poner un ejemplo "reciente" y que compete al tema del artículo: la atrofia y sustitución de la Física clásica de raíz Newtoniana y mecanicista por las Teorías de la Relatividad de Einstein y por la Mecánica Cuántica (Einstein, Bohr, Heisenberg, Schrödinguer, Pauli, Dirac etc.). Casualmente esta “revolución científica” podrían estar en sintonía con la crítica de Marx o Engels al materialismo vulgar, mecanicista, determinista y carente de flecha temporal representado por un marqués de Laplace, en el cual la “ley científica” desempeñaría el papel del Dios newtoniano (incluso del Calvinista) No obstante, fue la ciencia "académica", es decir burguesa, la que supo salir al paso de una serie de contradicciones, no de forma definitiva, sino provisional y no por ello menos brillantemente: el tema de la flecha del tiempo permanecía irreductible. Se percibe pues un genio creador de unos seres humanos, que a pesar del limitado horizonte espiritual de la sociedad burguesa consiguen dar un paso adelante, aparte de un método de trabajo a la vez riguroso, relativamente adogmático y productivo.

Ya Marx apuntaba al carácter histórico y dialéctico del conocimiento científico, a diferencia del aquel materialismo vulgar estilo Diderot o Laplace, que la burguesía triunfante del S XIX tenía como estandarte y espejismo de un supuesto “dominio de la naturaleza. Esta ciencia naciente tan segura de sí misma y sus aplicaciones técnicas que se imponían a ritmo de máquina de vapor (o de generador eléctrico después) se cree atemporal y objetiva irónicamente. Esta crítica marxiana no cayó en saco roto y de hecho influyó en filósofos y científicos revolucionarios como Dietzgen o Pannekoeek.

No obstante la misma burguesía del final del siglo XIX es consciente de las limitaciones de su propia ciencia; es más del peligro que supondría para ella una ciencia social que avanzase al ritmo de la natural. De ahí el "malestar en la ciencia" de que se hace eco Pannekoeek en su "Lenin filósofo", que provoca una serie de impugnaciones de conceptos básicos entre la misma ciencia y filosofía burguesas que, a pesar de su tendencia a la recaída en el "idealismo" y el "subjetivismo", no podemos dejar de subrayar en cuanto a lucidez y nivel de autoconciencia (léase Mach, Avenarius o Poincaré).
Lo que queremos destacar en este artículo es que, nos guste o no admitirlo, la ciencia natural burguesa en gran medida supo franquear las aporías en que se vio envuelta y, más aún superarlas, con la aplicación a todos los terrenos del nuevo paradigma einsteniano-cuántico incluidas sus aplicaciones prácticas: desarrollo del transistor, microscopia electrónica, efecto túnel, etc. Es más, en relación a las Ciencias Naturales y sus aplicaciones, no podemos dejar de constatar su exponencial desarrollo durante el siglo XX, aparte de lo ya mencionado (ampliación del horizonte de la cosmología con el descubrimiento de la existencia de galaxias externas a la nuestra y su expansión relativa, descubrimiento de la estructura del ADN y de las proteínas así como de los mecanismos de expresión genética, ingeniería genética y estudio del genoma humano, descubrimiento y desarrollo de los antibióticos, así como de las vacunas, los trasplantes y conocimiento del sistema inmunitario, desarrollo de las telecomunicaciones y de la informática).
Todo ello no excluye la trágica contradicción y ambigüedad del desarrollo de la ciencia y la tecnología: no solamente aumenta la capacidad de producción sino también de destrucción en la misma medida: no olvidemos el potencial destructor de dos guerras mundiales, lo tercera guerra "fría" y las guerras. Por no hablar de la contradicción entre el enorme potencial productivo y la fundamentación del capitalismo en la productividad: poblaciones subalimentadas mientras se destruyen cosechas, monopolio letal de las patentes de medicamentos por parte de multinacionales... Todos son argumentos que nos llevan a plantearnos la necesidad de una nueva sociedad, ahora bien, no nos lleva a ningún sitio no hacer un balance objetivo de la situación y no constatar que la ciencia ha progresado desde principio del siglo XX, además ha progresado exponencialmente, como nunca en la historia. Y es este trampolín uno de los pivotes de cualquier nuevo proyecto de sociedad, de donde debe tomar el impulso junto con la conciencia transformadora del proletariado. Ya que el socialismo no puede ser un "reparto de la pobreza", al menos en el sentido que propugnaba Marx, como superación del capitalismo.
Por otra parte, señaláis la "competitividad" que existe en el mundo de la ciencia burguesa, lo cual es innegable, pero me temo que estáis confundiendo dos conceptos:
- La ciencia como método de comprensión de la realidad es un método dialéctico, no es un método inductivo, que en base a unos resultados experimentales "dados" se constituye como reflejo objetivo de la realidad (a la guisa del mecanicismo). Por eso como señala Thomas Kuhn, que en línea con Marx subraya el carácter histórico del conocimiento científico, no elaboramos el conocimiento solo en base a la experiencia, sino que existe un elemento creativo, quizá no siempre consciente, donde tiene lugar la emisión de hipótesis en las cuales inevitablemente se hacen presentes nuestras creencias, prejuicios.... Como consecuencia la ciencia es un conocimiento en continua mutación más no arbitraria o infecunda:sus resultados son interpretables y los enfoques plurales, sin embargo siempre en base a un método, no a cualquier opinión arbitraria. Es decir, no cabe un resultado monolítico y determinado, la pluralidad es un componente epistemológico del conocimiento, no un mero "buen-rollismo" democrático. Es algo que es autoconsciente para la mayoría de los científicos y eso supone un cierto grado de madurez epistemológica.

- Las diferencias teóricas en una sociedad basada en la competencia pueden en muchas situaciones ser vehículo de desavenencias, amargos desencuentros, etc. Ese hecho es innegable, sobre todo cuando la financiación de las diferentes líneas de investigación es un maná por el que se compite y que no se reparte de forma desinteresada por parte del Estado y las empresas. Pero esto no puede obviar la innegable madurez metodológica de las ciencias (al menos las naturales) ni de sus progresos obvios. Lógicamente, podemos pensar que en una sociedad socialista las cosas podrían funcionar mejor y que las diferencias de opinión no deberían implicar luchas cainitas. Pero el principal de los problemas más que una cuestión de método es quién controla y quien se beneficia de los resultados, como señalábamos antes.
Dice el artículo "ningún descubrimiento científico, por brillante que sea, podrá sacar hoy a la humanidad de la oscura prehistoria en la que la encierra un capitalismo a punto de expirar" a lo cual convendría matizar que cualquier alternativa a la sociedad actual tendría que fundamentarse en un conocimiento científico de la realidad comparable "al menos" al alcanzado actualmente, lo cual supone un desafío de proporciones gigantes. Y ante ello solo puedo constatar la ausencia efectiva de una ciencia de la transformación social, entendiendo por efectiva no solo su justicia y coherencia teórica, sino su influencia real entre las masas: las minorías revolucionarias resultan muy reducidas no solo para tener un efecto sino para incluso ser conocidas.
Aparte desarrollar esta ciencia supone no solo reivindicar críticamente el legado teórico, frente a las falsificaciones estalinistas, sino desarrollar aún más este para ser una alternativa viable. He aquí el vacío teórico que explica que a pesar de que "los de abajo" luchen, de momento, no encuentran el camino para luchar por sí mismos y no caer en mistificaciones: el "democratismo", el islamismo, etc. Y por otra parte es ese vacío teórico el que lleva al desaliento y a la parálisis, al conformismo:”virgencita, que me quede como estoy”.Y acometer ese desarrollo teórico, como labor titánica que es, no es simplemente una cuestión de voluntad, es una cuestión de creatividad, creatividad que solo se consigue (uuuuuuuuuuf) equivocándose 999 veces y acertando 1. Y ha de ser un trabajo colectivo, pues la capacidad intelectual de cada cerebro individual es limitada (así como ilimitada la capacidad de delirio de una mente aislada de la realidad). Y en este sentido la labor creativa de los mejores científicos, no obstante la sociedad de clases, no deja de ser un ejemplo de creatividad humana y un modelo metodológico a seguir.
PD: No paséis por alto los interesantísimos desarrollos teóricos de las teorías de Caos y de la Complejidad, que están en buena sintonía con la dialéctica de naturaleza tal como la expresaba Engels y dan respuesta concreta a las reglas de la indomable flecha del tiempo y al determinismo, así como al elemento subjetivista e idealista que se podría extraer de la interpretación de la Mecánica Cuántica. ¡Si Heráclito y Engels levantaran la cabeza y pudiesen verlo!.
Aclaraciones sobre el papel de los científicos en la sociedad de clase

No querría por supuesto dar la impresión ingenua de que los científicos profesionales sean seres angelicales, ajenos a la sociedad de clase en que viven. Los proyectos en que participan están, sobre todo a partir del siglo XX estrechamente controlados y estructurados por el Capitalismo de Estado, que planifica la investigación como una estrategia a medio o largo plazo, de la que espera obtener un beneficio competitivo económico, militar o ambos. Esto es especialmente importante en los países más competitivos como EE.UU, los principales países Europeos, Japón, China… donde incluso se permiten promover la “ciencia básica” (es decir conocimientos absolutamente sin ninguna aplicación en la actualidad). No podemos dejar de recordar la multitud de Agencias Estatales de Investigación (CSIC en España (si bien de poca entidad), el Instituto Max Planck (Alemania), la NASA en EE.UU), de proyectos de I+D financiados por el Estado, en colaboración con líneas de investigación (de la Universidad o otras instituciones) y empresas. Y dentro de esta colaboración es la militar una de las que destaca cualitativa y cuantitativamente. No olvidemos el proyecto Manhattan, la influencia del Complejo Militar Industrial (que subrayaba Truman) o proyectos del estilo de la “Guerra de las Galaxias” en los 80, o el actual del paraguas antimisiles de la OTAN.
Sobre el carácter de clase de los científicos que dirigen las líneas de investigación tampoco me engaño, independientemente de que muchos vivan de un sueldo, su implicación en los proyectos les compara a un alto funcionario de estado capitalista. Ello no quiere decir que tengan “cuernos y rabo”, algunos investigaran en proyectos potencialmente beneficiosos para la humanidad y creerán en ellos, otros todo lo contrario, otros serán funcionarios grises de la investigación que no aportan gan cosa de provecho. Señalar, sin embargo, un fenómeno nuevo: los investigadores “precarios”, que malviven a base de becas o cuyo futuro está sometido a la incertidumbre del recorte de una línea de investigación (pero ese es otro tema que podría ser un interesante tema de indagación). Sobre su catadura moral, podemos ver una amplia gama de posicionamientos, desde el que investiga proyectos para la industria militar, o hace “test de inteligencia” cara a obtener justificación de políticas eugenésicas, hasta el que se posiciona críticamente hacia la sociedad (eso sí más bien en términos reformistas) como Einstein, Margulis, Stephen Gould; no obstante de que sus resultados sean revolucionarios en el área que investigan.
La cuestión es la siguiente: la burguesía más competitiva es capaz de permitir en su seno un ámbito donde tiene que aceptar la creatividad y el pensamiento relativamente libre (que en absoluto promueve en la esfera pública ni en la cultura idiotizante de los mass media), aplicado por supuesto a los campos a que ella le interesan. Si permite este coto privado es porque espera obtener unos resultados prácticos que no le va a ofrecer ningún predicador, ningún adivino, ni ningún periodista de la telebasura. El método de trabajo, comunicación, discusión y contraste de los resultados parece ser bastante adecuado; por supuesto, para el estrecho segmento de la realidad que investiga y sin negar el elemento de la competencia entre líneas de investigación. Por lo tanto, no sería una mala idea que la ciencia de transformación de la sociedad, la teoría revolucionaria aprendiera un tanto de esta metodología, aceptando que una posición de clase y militante no puede ser una “ciencia objetiva” y que los sistemas sociales son de una complejidad tal que no se pueden reducir a los sistemas relativamente sencillos de las CC. Naturales.
Otro tema son las Ciencias Sociales, ya que en la medida en que puedan desvelar el carácter de clase y de dominación de la sociedad “democrática”, verán su desarrollo lastrado por la burguesía. Aparte un sistema social es de un grado de complejidad muy elevado y el investigador es a la vez observador y objeto de estudio, hechos que constituyen una dificultad epistemológica intrínseca. No obstante, no podemos afirmar que toda la Ciencia Social sea un páramo: se han hecho bastantes avances en el terreno de la Psicología, la Lingüística, la Filosofía de la Ciencia, la Lógica, etc. de los que un proyecto de transformación socialista de la sociedad haría bien en aprovechar, no obstante, de forma crítica.



domingo, 20 de noviembre de 2011

La red capitalista que controla el mundo (New Scientist)

Andy Coghlan y Debora MacKenzie

New Scientist

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Mientras las protestas contra el poder financiero se extienden por el mundo esta semana, la ciencia parece haber confirmado los peores temores de los manifestantes. Un análisis de las relaciones entre 43.000 corporaciones transnacionales ha identificado el grupo relativamente pequeño de compañías, en su mayoría bancos, con un poder desproporcionado sobre la economía global.
Las hipótesis del estudio han atraído algunas críticas, pero analistas de sistemas complejos contactados por New Scientist dicen que es un esfuerzo singular por desenmarañar el control sobre la economía global. Si se llevara más lejos el análisis, dicen, sería posible identificar maneras de lograr que el capitalismo global sea más estable.

La idea de que unos pocos banqueros controlen un gran trozo de la economía global podrá parecer algo nuevo para el movimiento Ocupad Wall Street de Nueva York y los manifestantes en otros sitios. Pero el estudio, hecho por un trío de teóricos de sistemas complejos en el Instituto Federal de Tecnología suizo en Zúrich, es el primero que va más allá de la ideología para identificar empíricamente una semejante red de poder. Combina la matemática utilizada desde hace tiempo para modelar sistemas naturales con datos corporativos exhaustivos para catalogar la propiedad entre las corporaciones transnacionales del mundo (TNCs, por sus siglas en inglés).

“La realidad es muy compleja, debemos separarnos del dogma, sean teorías de la conspiración o libre mercado”, dice James Glattfelder. “Nuestro análisis se basa en la realidad”.

Estudios anteriores han establecido que unas pocas TNCs poseen grandes segmentos de la economía global, pero incluían solo una cantidad limitada de compañías y omitían propiedades indirectas, por lo cual no podían decir de qué manera esto afecta a la economía global, si la hace más o menos estable, por ejemplo.

El equipo de Zúrich puede hacerlo. De Orbis, 2007, una base de datos que enumera 37 millones de compañías e inversionistas de todo el mundo, extrajo todas las 43.060 TNCs y las propiedades de acciones que las vinculan. Luego construyó un modelo de qué compañías controlaban a otras mediante redes de propiedad de acciones, combinado con los ingresos operativos de cada compañía, para representar la estructura del poder económico.

El trabajo, que será publicado en PLoS One, reveló un núcleo de 1.318 compañías con propiedades entrelazadas (vea imagen). Cada una de las 1.318 tenía vínculos con dos o más compañías diferentes, y en promedio estaban conectadas con 20. Lo que es más, aunque representaban un 20% de los ingresos operativos globales, las 1.318 parecían ser dueñas colectivamente a través de sus acciones de la mayoría de las grandes firmas más rentables y manufactureras del mundo –la economía “real”– que representa otro 60% de los ingresos globales.

Cuando el equipo desenmarañó aun más la red de propiedad, descubrió que gran parte provenía de una “súper-entidad” de 147 compañías aún más estrechamente entrelazadas –toda su propiedad en manos de otros miembros de la super-entidad- que controlan un 40% de la riqueza total de la red. “En efecto, menos de 1% de las compañías era capaz de controlar un 40% de toda la red”, dice Glattfelder. En su mayoría eran instituciones financieras. Las 20 superiores incluyen a Barclays Bank, JPMorgan Chase & Co, y The Goldman Sachs Group.

John Driffill de la Universidad de Londres, experto en macroeconomía, dice que el valor del análisis no consiste solo en ver si un pequeño grupo de personas controla la economía global, sino más bien su perspectiva sobre la estabilidad económica.

La concentración del poder no es buena o mala en sí, dice el equipo de Zúrich, pero las estrechas interconexiones del núcleo podrían serlo. Como el mundo vio en 2008, tales redes son inestables. “Si una [compañía] sufre problemas”, dice Glattfelder, “eso se propaga”.


“Es desconcertante ver hasta qué punto las cosas están conectadas”, aprueba George Sugihara de la Scripps Institution of Oceanography en La Jolla, California, experto en sistemas complejos que ha asesorado al Deutsche Bank.


Yaneer Bar-Yam, jefe del New England Complex Systems Institute (NECSI), advierte de que el análisis asume que la propiedad equivale a control, lo que no es siempre cierto. Muchas de las acciones de las compañías están en manos de administradores de fondos que pueden o no controlar lo que hacen en realidad las compañías que poseen parcialmente. El impacto de esto en la conducta del sistema, dice, requiere más análisis.

Crucialmente, al identificar la arquitectura del poder económico global, los analistas podrían ayudar a hacerlo más estable. Al descubrir los aspectos vulnerables del sistema, los economistas pueden sugerir medidas para evitar que futuros colapsos se propaguen por toda la economía. Glattfelder dice que podríamos necesitar reglas anti-trust globales, que ahora existen solo a nivel nacional, para limitar la sobre-conexión entre TNCs. Sugihara dice que el análisis sugiere una posible solución: las firmas podrían ser gravadas por excesivas interconectividad para disminuir ese riesgo.

Una cosa no es compatible con algunas de las afirmaciones de los manifestantes: es poco probable que la super-entidad sea el resultado intencional de una conspiración para gobernar el mundo. “Semejantes estructuras son de naturaleza común”, dice Sugihara.
Los recién llegados a cualquier red se conectan preferencialmente a miembros altamente conectados. Las TNCs compran acciones las unas de las otras por motivos empresariales, no por dominar el mundo. Si la capacidad de ser conectado aglomera, lo mismo sucede con la riqueza, dice Dan Braha de NECSI: en modelos similares, el dinero fluye hacia los miembros con mayores conexiones. El estudio de Zúrich, dice Sugihara, “constituye una fuerte evidencia de que las reglas simples que rigen a las TNCs conducen espontáneamente a grupos altamente conectados”. O como dice Braha: “la afirmación de Ocupad Wall Street de que 1% de la gente tiene la mayor parte de la riqueza refleja una fase lógica de la auto-organización de la economía”.

Por lo tanto, es posible que la super-entidad no sea el resultado de una conspiración. La verdadera pregunta, dice el equipo de Zúrich, es si puede ejercer un poder político concertado. Driffil piensa que 147 son demasiados para sustentar una colusión. Braha sospecha que competirán en el mercado pero actuarán juntas por intereses comunes. La resistencia a cambios a la estructura de la red puede ser un semejante interés común.

Las máximas 50 de las 147 compañías súper-conectadas:

1. Barclays plc
2. Capital Group Companies Inc
3. FMR Corporation
4. AXA
5. State Street Corporation
6. JP Morgan Chase & Co
7. Legal & General Group plc
8. Vanguard Group Inc
9. UBS AG
10. Merrill Lynch & Co Inc
11. Wellington Management Co LLP
12. Deutsche Bank AG
13. Franklin Resources Inc
14. Credit Suisse Group
15. Walton Enterprises LLC
16. Bank of New York Mellon Corp
17. Natixis

18. Goldman Sachs Group Inc

19. T Rowe Price Group Inc

20. Legg Mason Inc

21. Morgan Stanley

22. Mitsubishi UFJ Financial Group Inc

23. Northern Trust Corporation

24. Société Générale

25. Bank of America Corporation

26. Lloyds TSB Group plc

27. Invesco plc

28. Allianz SE 29. TIAA

30. Old Mutual Public Limited Company

31. Aviva plc

32. Schroders plc

33. Dodge & Cox

34. Lehman Brothers Holdings Inc*
35. Sun Life Financial Inc
36. Standard Life plc

37. CNCE

38. Nomura Holdings Inc
39. The Depository Trust Company
40. Massachusetts Mutual Life Insurance

41. ING Groep NV
42. Brandes Investment Partners LP
43. Unicredito Italiano SP

44. Deposit Insurance Corporation of Japan

45. Vereniging Aegon

46. BNP Paribas
47. Affiliated Managers Group Inc
48. Resona Holdings Inc
49. Capital Group International Inc

50. China Petrochemical Group Company
* Lehman todavía existía en la base de datos de 2007 utilizada.


rCR



viernes, 18 de noviembre de 2011

Puntos fundamentales de Investigación y Correspondencia Inter-Socialista


1)                 El establecimiento de una sociedad basada en la propiedad colectiva de los medios de producción, de su control democrático en función de las necesidades de la población; una sociedad sin explotación, sin clases, ni fronteras; no es uno de los retos más nobles y audaces que se puede plantear la humanidad, es una necesidad para muchos de los que enfrentan los avatares del presente sistema. Esta sociedad se ha venido a llamar comúnmente Socialista o Comunista, sin hacer un fetiche de las denominaciones: otros autores han hablado de sociedad Autónoma, Colectivismo, incluso de Anarquía.
Dicho proyecto socialista no puede ser nunca la “socialización de la pobreza”: es solo posible en un cierto nivel de desarrollo de la humanidad: depende en primera instancia del desarrollo de los medios de producción, transporte y comunicación al nivel al cual el suministro de las necesidades humanas básicas (alimento, vestido, vivienda, cultura, salud...) puedan ser para toda la población. El capitalismo sentó las bases materiales para dicha transformación, pero solo mediante la abolición consciente de sus bases, del corsé material e intelectual que crean sus relaciones de producción puede hacerse realidad la nueva sociedad.

Por supuesto, la realización de este proyecto solo puede ser en una perspectiva internacional e internacionalista: la Comunidad Humana Mundial.
2)                 Bajo el capitalismo las relaciones de producción chocan constantemente y progresivamente, con el desarrollo de la tecnología y la productividad instauradas en su seno. La gran contradicción que afronta la humanidad es el tremendo desfase entre el colosal avance científico y tecnológico que ha tenido lugar con el capitalismo (sobre todo) y los anteriores modos de producción y los paupérrimos avances en la dirección de una sociedad “medianamente “humana”: el objetivo del capital no es satisfacer las necesidades humanas, sino su auto-reproducción: la consecución de beneficios.

Así asistimos a contrasentidos tales como que existan hambrunas, mientras la productividad potencial de la agricultura es máxima, cuando no presenciamos directamente la destrucción de productos agrícolas por no ser "rentables". O asistimos a periódicas crisis de superproducción relativa, así como al asentamiento de problemas endémicos, incluso en el mismo corazón del sistema, como el paro crónico, el mantenimiento de bolsas de pobreza…, fenómenos materiales que a su vez fundamentan un malestar moral, cultural y psíquico.

3)                 A esta problemática se suman las guerras, de enorme potencial destructivo, en que ha implicado el sistema a la humanidad, especialmente en su última fase imperialista, hasta el punto de que el riesgo de un holocausto nuclear global se ha convertido en una amenaza posible física y técnicamente. Por no hablar del deterioro ecológico del planeta provocado por un crecimiento ciego, basado únicamente en el beneficio del capital.
El mantenimiento de tamaños despropósitos constituye un escándalo para la razón mínimamente crítica, aunque su resolución requiere de un sujeto activo y consciente.

4)                 El sujeto revolucionario de la transformación socialista de la sociedad es la clase obrera internacional; que a su vez puede unificar a las capas no explotadoras de la humanidad. La clase obrera consciente no actúa por un simple corporativismo “obrerista”, sus intereses objetivos y su situación en el sistema productivo le convierten en la vanguardia de la nueva humanidad auto-superada Por otra parte, independientemente de su origen de clase, existen los revolucionarios, los socialistas que toman partido consciente por este proyecto.

Para acabar con la explotación esta deberá tomar el poder, iniciando una transición hacia el socialismo, y utilizar este poder para evitar que las antiguas clases poseedoras reinstauren el viejo sistema. Este poder pensamos que estará basado en los Consejos Obreros, que es la forma más avanzada de expresión de toda la clase en conjunto. No obstante, nada de esto es posible sin una conciencia socialista por parte del proletariado.

5)                  El desarrollo de esta conciencia socialista ha significado históricamente la constitución en el seno de la clase de sus organizaciones políticas. Reivindicamos, no de forma acrítica, la aportación al movimiento obrero y al socialismo de Liga de los Comunistas (1847-52) la I Internacional (AIT-1864-72), la II Internacional (1884-1914), la III Internacional (1919-28) y de las corrientes que se opusieron en su seno a su degeneración: la Oposición de Izquierdas y en especial las Izquierda Comunistas Germano-Holandesa e Italiana. También reivindicamos la peculiar aportación del Partido Socialista de Gran Bretaña (SPGB) y su Movimiento Socialista Mundial, así como el compromiso militante del anarquismo internacionalista y del sindicalismo revolucionario (IWW).

Sin querer hacer de esta línea histórica una suerte de legitimismo, ni de línea infalible, ni acrítica: todas las experiencias históricas y aportaciones contrastables y que puedan suponer un avance en la conciencia del movimiento son bienvenidas. No se trata de valerse de ciertos precedentes políticas para demandar adhesiones a las soluciones concretas. Por el contrario, se invita a los revolucionarios a someter a la comprobación de los acontecimientos las posiciones políticas.

La expresión coherente de las organizaciones políticas en el seno del proletariado es a nivel internacional. Además aceptando la pluralidad de lecturas compatibles con un método científico de análisis pensamos que es concebible la coexistencia de varias, incluso en una situación revolucionaria. No obstante, la voluntad de unidad y la eficacia aconseja la mayor unidad posible, siempre en base a acuerdos reales, lo cual se traduciría en un Partido Revolucionario internacional, compatible con el pluralismo, y la libertad de debate y de indagación científica interna.

6)                 Sin dejar de reconocer el papel de los “socialistas utópicos” (Owen, Fourier, Saint-Simon, los cristianos primitivos, etc.), afirmamos la necesidad de un SOCIALISMO CIENTÍFICO, no basado en unos meros ideales abstractos sino en las contradicciones y potencialidades que se generan en la sociedad real, dividida en clases en oposición mutua. Dicho Socialismo debe anclar sus fundamentos en una teoría sólida con base científica. Pensamos que dicho proyecto debería reivindicar el método y el proyecto de Carlos Marx y Friedrich Engels, que deben ser tomados no como superhombres o profetas sino como punto de partida de un proyecto histórico, que se debe desenvolver, crecer, fundamentándose en la crítica y la práctica transformadora; aprendiendo de sus logros y de sus errores.

7)           La clase obrera consciente y el socialismo solo pueden ser internacionales e internacionalistas, en cuanto a marco de lucha y en cuento a conciencia y perspectiva histórica. No hay lugar para nacionalismos "marxistas" o "de izquierdas" (a menos que nos refiramos a la "izquierda del capital"): esta pretensión es una burda caricatura de sello estalinista o "neo-proudhoniano".
     
El nacionalismo es la ideología desarrollada burguesía para unificación del mercado y la construcción de un estado nacionales fuertes. En ciertos momentos (S XIX) los revolucionarios defendieron críticamente proyectos de unificación nacional, en cuanto suponían una superación de las estructuras feudales y un avance en un sentido democrático-burgués que podía ser aprovechado por el proletariado.  En todo caso, fue siempre una cuestión estratégica y el requisito era la total independencia política del proletariado. En todo caso en la época de capitalismo imperialista global, está posibilidad totalmente superada.
8)                Los países llamados “socialistas” (en realidad estalinistas) como la URSS, Cuba, China, los países del Este, no han sido sino la expresión de una forma particular de Capitalismo de Estado.  El “marxismo” utilizado como justificación de tales estados no es sino una falsificación del verdadero método de Marx y Engels. Uno de los elementos fundamentales de esa tergiversación es la transformación de este en una vulgata, en una serie de recetas y consignas transformadas en un dogma, una ideología o religión de estado, antagónica del método científico y dialéctico del programa revolucionario, como medio de justificar una sociedad de dominación de clase.

9)                 Las consecuencias de la contrarrevolución estalinista suponen un gran lastre no solo humano y material, sino político, teórico y psicológico para el Movimiento Obrero y el Socialismo. A las minorías oposicionistas les corresponde el mérito histórico de “salvar el honor del proletariado” de mantener el “hilo rojo” del programa revolucionario. No obstante, no han sido capaces de salir del estado minoritario, incluso asimilarse en número a organizaciones “izquierdistas” vulgares. No se ha podido conectar a la mayoría clase obrera con su teoría revolucionaria, ni perfeccionar esta última al nivel de las apremiantes necesidades contemporáneas. No se ha podido superar en los hechos el lastre histórico de la contrarrevolución.

10)                 Cualquier sociedad de clase está basada en la coerción física y la manipulación ideológica y moral, es decir en la violencia más o menos explícita. El proletariado y sus aliados naturales basan su fuerza en la conciencia, en la solidaridad y en el convencimiento de representar el futuro, es decir una fuerza física y además moral. Con una clase de proletarios conscientes todo el entramado del poder caería como un castillo de naipes.

No somos pacifistas ni ingenuos, pero preferimos la utilización del concepto de fuerza de la clase al  de “violencia”, que no deja de tener connotaciones negativas, no solo por la hipocresía moral de la burguesía sino por la propia experiencia histórica. La utilización de medidas expeditivas en la historia de la revolución proletaria (Comuna de París, Rusia de los Soviets,…) están más en relación con sus elementos de debilidad y aislamiento, que con su proyección histórica en el camino de lucha por la emancipación social. Denunciamos a priori conceptos como “terror rojo” o instituciones como una Cheka sin control de la clase y con autonomía y bula para interferir en los asuntos del proletariado. Denunciamos la represión de Kronstadt y toda forma de imposición violenta en el seno del proletariado.

Por supuesto denunciamos el terrorismo como un método de lucha ajeno a la clase obrera.

11)             Para su superación definitiva no basta con luchas masivas o acciones espontaneas de la clase obrera, sino que es necesario un contraataque teórico y político de gran envergadura. La auténtica dominación de clase no se basa solo en la coerción, sino en la aceptación de los dominados del marco ideológico preponderante y el esclarecimiento de dichos mecanismos requiere de una clarificación profunda.

Las minorías revolucionarias han hecho una labor histórica en el sentido de reivindicar el programa de clase y de estudio del proceso de degeneración de Octubre. No obstante, desde la fecha la ciencia y la filosofía académicas (es decir burguesas) han registrado un progreso espectacular. El proletariado conscientea fin de desarrollar la ciencia socialista debe abordar críticamente estos nuevos desarrollos, lo cual no solo significa no solo el elemento dialéctico negativo, sino el de síntesis, el de recuperar para el interés del proletariado lo mejor de estas contribuciones. Tomamos como modelo,la crítica marxista del hegelianismo y su rescate del elemento dialéctico o la elaboración de Pannekoek respecto a los filósofos empirio-criticistas. El mundo del psicoanálisis, del análisis del lenguaje y de la sociedad como sistema y discurso de elevada complejidad; son retos teóricos que no cabe despachar con un altivo desprecio.

12)               La Comuna de París de 1871 fue el primer intento del proletariado para llevar a cabo la revolución, en una época en la que las condiciones no estaban todavía dadas para ella, además de quedar aislada en una sola ciudad. Pensamos que la  Revolución de octubrede 1917 en Rusia y la oleada revolucionaria mundial que la siguió el momento más avanzado hasta la fecha en la lucha revolucionaria de la clase obrera. No obstante, es aislamiento de la revolución en un solo país, condenó a la revolución a su degeneración. Si la Comuna de París quedó aislada en una sola ciudad, la Comuna Soviética quedó aislada en un solo país, no obstante, la derrota de la últimatomo la forma de una degeneración interna, manteniéndose la fraseología “marxista”.

Sin embargo, no hay que convertir la revolución de Octubre en un fetiche, ni tampoco la política del Partido Bolchevique previa a la contrarrevolución estalinista. Muchas de las actuaciones políticas concretas del partido bolchevique facilitaron objetivamente el proceso (sean  consideradas errores, sean vistas como fruto de influencia ideológicas ajenas al proletariado). El estudio de estas contradicciones deben ser lecciones de cara al futuro.

No obstante, consideramos la derrota de la oleada revolucionaria contemporánea a Octubre no solo como fruto de la represión de la burguesía internacional, sino como una consecuencia de la inmadurez efectiva del movimiento de la clase obrera, expresada en el plano político y organizativa: los jóvenes  partidos comunistas, en general, tuvieron una influencia limitada en el seno de la clase; mientras que la social-democracia  chovinista travestida siguió teniendo una influencia ideológica y organizativa muy relevante en el seno de la clase. Este trágico sesgo histórico no podía ser resuelto a través de atajos insurreccionales, sino a través de una auténtica confrontación política a todos los niveles. La perspectiva histórica nos da el privilegio y también la responsabilidad de sacar las lecciones para el futuro.


lunes, 14 de noviembre de 2011

La situación del movimiento obrero en China y sus perspectivas de futuro( China Labour Bulletin) ·

El movimiento obrero chino se ha desarrollado rápidamente, a veces de manera dramática, en los últimos tres años en una situación de recuperación económica y de giro gubernamental de una política de rápido crecimiento de los sectores para la exportación a un modelo más sostenible sobre la base de un desarrollo de la demanda interna. El movimiento fue impulsado por un aumento continuo del coste de la vida y una sensación creciente de que se niega a los trabajadores la parte que en justicia les corresponde, no solo en relación con los beneficios de las empresas en las que trabajan, sino también del desarrollo en conjunto de la sociedad.

Aunque no existen estadísticas públicas anuales sobre el numero de huelgas y protestas laborales en China, la cifra de unas 30.000 conflictos colectivos laborales para 2009 parece razonable. Y no hay ninguna razón para suponer que el numero de huelgas ha disminuido. Por ejemplo, la cifra de conflictos laborales, tanto individuales como colectivos, que han sido tramitados por las instituciones de arbitraje o judiciales sigue siendo muy alto: más de un millón de casos en 2010.

La respuesta del gobierno a las protestas de los trabajadores continua siendo una mezcla de  mediación, arbitraje, conciliación y represión. Algunas provincias, como por ejemplo Cantón, buscan desarrollar estrategias nuevas, más flexibles y realistas, para resolver los conflictos laborales. Pero en otras zonas del país siguen utilizando métodos más represivos y considerando su prioridad absoluta el mantener la "estabilidad" social. Las huelgas y protestas en 2010 fueron, sin embargo, un aldabonazo en la puerta de los sindicatos oficiales chinos, la ACFTU, que últimamente intenta recuperar parte del terreno perdido gradualmente en las tres últimas décadas de reforma económica.

Aunque el movimiento obrero en China sigue siendo muy complejo y dado a fuertes cambios, este informe ha identificado una serie de características y tendencias centrales, que serían:

Ha aparecido una nueva generación de trabajadores emigrantes internos, que se ha convertido en una de las fuerzas esenciales del movimiento obrero chino. Nacidos en los años 80 y 90, tienen una mejor educación y son más articulados que la generación de sus padres, con mayores expectativas y más oportunidades para perseguir sus objetivos y ambiciones. Están más presionados socialmente para triunfar y sienten una intensa frustración cuando intentan instalarse en las ciudades y organizar su vida porque siguen siendo clasificados y considerados residentes rurales. Contratados en las empresas industriales más modernas, se han convertido en el nucleo esencial de la clase obrera china.
La vieja generación de antiguos trabajadores de las empresas estatales continúan su larga lucha por la justicia, tras los despidos masivos de finales de los años 90 y comienzos del 2000. Se suelen sumar a sus protestas sus compañeros que aun siguen contratados en el sector, que sufren la congelación de sus salarios y están amenazados por los despidos provocados por las reestructuraciones y las privatizaciones. Los dos grandes conflictos en 2009 en las siderurgias de Tonghua y Linzhou han vuelto a poner de manifiesto hasta que punto sigue siendo explosiva la reestructuración de las empresas estatales.

La capacidad de organización de los trabajadores mejora. El sentimiento creciente de identidad colectiva entre los trabajadores industriales, combinado con el uso de teléfonos móviles y redes sociales virtuales, han hecho mucho más fácil para los trabajadores iniciar, organizar y mantener sus luchas. Los trabajadores han sido apoyados por grupos de defensores de los derechos laborales, abogados laboralistas y académicos, que les han ofrecido su solidaridad y conocimientos, así como por periodistas y blogueros, que pueden difundir información sobre las huelgas y protestas a lo ancho de toda China, recogiendo el apoyo popular y animando a otros trabajadores a la lucha.

Las protestas estallan en regiones e industrias específicas. Los intereses compartidos y las experiencias comunes de los trabajadores han estimulado y facilitado la rápida extensión de las protestas obreras de una región a otra, de un sector a otro. El ejemplo más evidente fue la huelga de las industrias del automóvil en Cantón y en las empresas de propiedad extranjera de Dalian en 2010, pero también hubo numerosas huelgas de conductores de camión y trabajadores en los servicios de limpieza. La amplitud de estas protestas supuso tensiones adicionales para los gobiernos locales, que buscan a toda costa mantener la estabilidad social. También demostraron los limites de los métodos tradicionales de control social empleados.

Los trabajadores están tomando la iniciativa. Si en el pasado los trabajadores tendían a esperar a que sus derechos fueran violados antes de pasar a la acción, ahora son mucho más proactivos. Los trabajadores han demostrado que en muchas ocasiones no se contentan con esperar a que el gobierno mejore su situación mediante nuevas elecciones, nuevas políticas o aumentos graduales de los salarios mínimos. Por el contrario, toman los asuntos en sus manos y convocando huelgas por aumentos salariales, mejores condiciones de trabajo y, sobre todo, más respeto. Muchas protestas por aumentos salariales son producto de la pura necesidad económica, pero otras responden a la sensación de que se les niega una parte justa de los beneficios empresariales.

Las protestas de los trabajadores cada vez tienen más éxito. Las protestas más recientes han obtenido aumentos sustanciales de los salarios y mejoras notables en las condiciones de trabajo. han obligado a los empresarios a abandonar prácticas laborales explotadoras e impopulares. Incluso han llegado a obligar a las autoridades a frenar la privatización de algunas empresas estatales. Pero sobre todo, las protestas han obligado a algunos empresarios a cambiar su actitud hacia sus trabajadores. En el pasado, los empresarios dictaban a su antojo los términos y las condiciones de trabajo de sus trabajadores. Pero en los últimos años, las huelgas y protestas les han obligado a abrir negociaciones laborales formales. Y en este proceso se ha comenzado a reducir el inmenso abismo de status social y económico que separaba a trabajadores y empresarios. Es evidente que no todas las protestas han tenido éxito, que algunas solo han conseguido mejoras marginales y que, en otras, la patronal se ha negado a hacer cualquier concesión. E incluso cuando las protestas tienen éxito, no suele ser raro el despido inmediato de los dirigentes de las huelgas.

Las protestas han dado lugar a una incipiente y elemental negociación colectiva. A corto plazo, las negociaciones pos-conflicto a las que hemos hecho referencia han beneficiado a los trabajadores, pero si se permite que el sistema se desarrolle e institucionalice a largo plazo, también puede resultar beneficioso para la patronal y las autoridades. Al institucionalizar un sistema formal de negociación colectiva, se reducirá probablemente la presión huelguística, ahorrando a las empresas millones de yuanes en perdidas productivas. Es más, dado que la negociación colectiva siempre concluye en acuerdos salariales por encima del salario mínimo, ayudará a aumentar los niveles salariales en cada uno de los sectores industriales y a aplicar la política gubernamental de relanzar el consumo doméstico.

Si bien estas tendencias son alentadoras, es importante no perder la visión de conjunto. Los trabajadores chinos siguen teniendo muy pocos recursos económicos y carecen de derechos cívicos básicos como la libertad de asociación o de expresión. La mayoría de las protestas son respuestas a la represión, la injusticia, la explotación, de corta duración y espontáneas. Las organizaciones obreras que aparecen durante los conflictos suelen disolverse una vez que han conseguido sus reivindicaciones. Algunos de los dirigentes obreros son despedidos, otros piden el finiquito por voluntad propia, mientras que los que suelen quedarse intentan hacerse notar lo menos posible para no ser clasificados como problemáticos.

La cuestión central para la sostenibilidad y el desarrollo a largo plazo del movimiento obrero chino es precisamente la naturaleza fragmentaria y transitoria de los conflictos laborales. Los trabajadores adquieren una experiencia inestimable en la organización de las huelgas y en las negociaciones posteriores con la patronal, pero esa experiencia se pierde continuamente tras las protestas porque los trabajadores implicados tienen muy escasas o ninguna posibilidad de convertirse en organizadores sindicales permanentes. Teniendo en cuenta este problema, China Labour Bulletin (CLB) esta trabajando sobre el terreno en China con grupos de trabajadores para garantizar que no se pierden las lecciones aprendidas y las experiencias ganadas en los últimos acontecimientos del movimiento obrero.

Hay limites evidentes de que se puede conseguir en este área por parte de las ONGs y grupos de derechos laborales. Lo fundamental es si los sindicatos oficiales chinos, la ACFTU, se implicará y en que medida colmará este vacío, animando y apoyando a los trabajadores en lucha a que se presenten a las elecciones sindicales a nivel de empresa, que estas sean democráticas y transparentes y que después les dé apoyo y asesoramiento para poder participar en negociaciones colectivas auténticas con los empresarios. Lo más cerca que la ACFTU ha estado de jugar este papel ha sido en la reorganización de la sección sindical de la fábrica de Honda en Nanhai y en la subsiguiente dura lucha y negociación colectiva en el primer trimestre de este año. Pero la Honda de Nanhai es solo una fábrica entre millones y la ACFTU tiene aún mucho que hacer antes de que gane la confianza de los trabajadores y dote de la suficiente base organizativa y asesoramiento técnico al movimiento obrero para que pueda desarrollarse. Los informes previos de CLB sobre el movimiento obrero concluían que el movimiento obrero chino y los sindicatos oficiales eran dos mundos separados que tenían muy poco en común. Las huelgas de 2010 han reforzado este punto de vista de la manera más enfática posible, y la ACFTU por fin parece darse cuenta que el momento de actuar es ahora o nunca. La distancia entre el movimiento obrero y los sindicatos oficiales ha disminuido ligeramente a lo largo del año pasado, pero todavía queda mucho por hacer.

Finalmente, serán los trabajadores y trabajadoras chinos, por supuesto, no la ACFTU ni el gobierno, los que decidan la futura dirección de su movimiento. Y hay motivos para el optimismo. Los trabajadores son cada vez más proactivos y están más decididos a defender sus intereses, sin que haya indicios de que esta tendencia revierta en un futuro próximo. Una de las consecuencias más importantes de esta nueva determinación de luchar por mejores salarios y condiciones de trabajo, y de negociar con la patronal en términos de mayor igualdad, ha sido la disminución del abismo que separaba a trabajadores y empresarios. Ello ayuda, sin duda, a la consecución de los objetivos políticos globales del gobierno central para aumentar la demanda interna y reducir la desigualdad social. El movimiento obrero es una de las fuerzas centrales que lucha por la justicia económica y social y es obvio el interés que debería tener el gobierno chino de alentar su desarrollo.

China Labour Bulletin, (www.clb.org.hk) es un grupo en defensa de los derechos laborales en China, que fue fundado en 1994 en Hong Kong por Han Dongfang y Robin Munro. Han Dongfang, obrero ferroviario, fue el principal organizador durante las jornadas de Tienanmen de la Federación Autónoma de Trabajadores de Beijing. Su historia esta recogida en una larga entrevista publicada en la New Left Review (http://newleftreview.org/?view=2571). Robin Munro es un respetado sinólogo, que ha dedicado su carrera académica al estudio de los movimientos alternativos en China desde el final de la Revolución Cultural. El texto reproducido en SinPermiso son las conclusiones de su último informe sobre la situación del movimiento obrero chino, que se puede consultar, completo, en inglés en<. http://www.clb.org.hk/en/node/101134.